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17 octubre 2005

Educación: un tema amplio

Educación – un tema amplio

En el Chile de hoy, estamos acostumbrados a ver en la “educación” un tema complicado. En las noticias aparecen los problemas de la Reforma que – según las comparaciones internacionales aún no ha dado resultados satisfactorios – y el tema de la evaluación docente que tanto cuesta aceptar a los docentes. Para las familias, es un tema que se hace más amenazador a medida que nuestros hijos e hijas avanzan hacia la edad de la prueba de admisión universitaria.

Quiero reflexionar y dialogar en estas líneas sobre el tema que ma fascina y asusta al mismo tiempo.

La educación es un tema fundamental, reconocido por las Naciones Unidas en múltiples niveles. En la Declaración de los Derechos Humanos (http://www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm), el Artículo 26 especifica:
1. Toda persona tiene derecho a la educación [...]
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.


También los Derechos del Niño (http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/25_sp.htm) explicitan como el séptimo de sus principios:
  • “El niño tiene derecho a recibir educación [...]. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social, y llegar a ser un miembro útil de la sociedad.

  • El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe, en primer término, a sus padres.

  • El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.”
(Más extenso en http://www.unicef.org/spanish/crc/crc.htm)

Dentro de los ocho “Objetivos de Desarrollo del Milenio” de las Naciones Unidas (http://www.un.org/spanish/millenniumgoals/), el Objetivo 2 es “Velar por que, para el año 2015, los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de educación primaria.”, ya que la “educación brinda opciones a los seres humanos en cuanto al tipo de vida que desean llevar”.

Según el informe de 2005, “hay más de 115 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria que, al no poder acudir a ella, se ven privados de ejercer este derecho humano”. Felizmente para nuestros hijos e hijas en América Latina y especialmente en Chile, el objetivo de la cobertura ya no represente un gran desafío. En nuestro país ya se tiene conciencia del desafío de la calidad de la educación.

En la Constitución de Chile (http://colegioabogados.org/constitucionchile.html), encontramos dos Artículos:
“10. El derecho a la educación. La educación tiene por objeto el pleno desarrollo de la persona en las distintas etapas de su vida. Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos. [...] Es deber de la comunidad contribuir al desarrollo y perfeccionamiento de la educación [...].
11. La libertad de enseñanza incluye el derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales. La libertad de enseñanza no tiene otras limitaciones que las impuestas por la moral, las buenas costumbres, el orden público y la seguridad nacional. La enseñanza reconocida oficialmente no podrá orientarse a propagar tendencia político partidista alguna. Los padres tienen el derecho de escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos. [...]”

En todas estas definiciones se nota la delicada relación entre el individuo y su sociedad: la educación es algo que ayuda al individuo de desarrollarse en sus diferentes dimensiones, pero dado que la sociedad es hecho por los individuos y que los individuos no son sino dentro de una sociedad, la educación también debe preparar miembros “buenos” de una sociedad.

De este punto se desprende la necesidad de definir el tipo de sociedad que deseamos ser o devenir. Mucho se habla de la “sociedad del conocimiento” y del “mundo globalizado”, pero ¿qué significará para nuestros niños y jóvenes? ¿Podemos verlo como oportunidad o tenemos que verlo como amenaza? Revisar los diversos puntos de vista acerca de esta temática será el objeto de un capítulo. (Mirar en La sociedad que queremos para nuestros hijos y hijas)

Conocimiento y aprendizaje. Sin embargo, nada podemos argumentar en relación del conocimiento si no definimos lo que es ni lo que es el aprendizaje, lo que será el objeto de un artículo previo.

Calidad educativa – calidad en qué – qué es lo que queremos. En Chile, la educación pública sigue municipalizada; sigue siendo poco difícil crear un colegio particular; cada establecimiento puede postular a planes y programas propios. Todo ello permite, en principio, gran diversidad en lo que los diferentes establecimientos se proponen ofrecer. Calidad es definido como el grado de ajuste entre lo que se desea y lo que se obtiene. Para conocer entonces la calidad de un establecimiento educacional o del sistema educacional entero, es necesario definir lo que se desea de el. Una sección será dedicada a esta temática.

Medición, evaluación y certificación. Enseguida se pueden plantear métodos de evaluación, donde la tendencia de los últimos años ha sido prestar mucha atención a los procesos. Chile participa en estudios comparativos al nivel internacional, de los cuales el más comentado ha sido el PISA. También ha surgido un sistema de certificación complementario al SIMCE. Por último, la mera existencia de la industria de los “preuniversitarios”, que hace mentir a quien dice que la educación escolar es de 12 años, no debe faltar en esta reflexión. Resulta útil conocer lo esencial de estos estudios, a lo cual otra sección se aboca.

Compartir tareas entre familia y establecimiento escolar. Los establecimientos escolares cumplen un rol subsidiario, dejando a la familia la principal responsabilidad de educación. Ahora bien, cada vez más familias tienen dos apoderados trabajando, y de algún modo el estado, al crear la jornada escolar completa, le ha quitado un poco de recurso educativo a la familias. Adicionalmente, podría objetar el lector, los papás ni las mamás somos especialistas en pedagogía. Esto es cierto, pero sin embargo ¿de quién absorben los niños sus hábitos y competencias más importantes, y no sólo durante los primeros años de su vida? ¿Cómo distribuir las diversas funciones de una buena educación entre familia y escuela o colegio? Un tema que amerita su propia sección en nuestra columna.

Organización escolar en Chile entre estado y ente privado. La ley orgánica que regula la educación en Chile, genera un sistema altamente complejo. Por una parte hay las escuelas públicas, bajo un régimen presupuestario tan heterogéneo como la situación económicas de las comunas del país. Por otra parte un segmento de los colegios particulares subvencionados, donde el estado aporta un subsidio y cada familia un pago sujeto a un tope; es allí donde surgió una verdadera industria de colegios con fines de lucro. Por último los colegios particulares pagados, donde encontramos gran diversidad de objetivos y enfoques. Todo bajo la supervisión del Ministerio de Educación y con la posibilidad de presentar planes y programas propios. La segmentación entre público, particular subvencionado y particular pagado, ¿es deseable para Chile? ¿Qué se puede exigir del establecimiento de su hijo e hija? ¿Hacia donde debe orientarse “el sistema”?

El rol cambiante de la institución “escuela”. No siempre han existido establecimientos educacionales. Sigue habiendo lugares donde no hay, por ejemplo en regiones remotas de Australia, donde las distancias entre las personas son demasiadas grandes para juntarse en una escuela. En estos casos se habla de “home schooling”, la escuela en casa. En nuestra sociedad occidental, la institución social “escuela” se reveló práctica porque permite a la sociedad y muchas veces al estado y a quien detiene el poder, de adaptar a las nuevas generaciones a una u otra necesidad. Muchas veces se ha dicho y escrito que en la edad de la revolución industrial, se requerían ciudadanos subordinados, que hagan lo que se les ordene. Suponiendo que el sistema escolar “tradicional” se desarrolló para este fin, ¿qué debe pasar cuando cambia el fin? ¿Sigue siendo el mismo fin después de todo?

El costo de la educación. ¿Cuánto paga el estado por alumno de una escuela pública? ¿Cuánto es el ingreso máximo de un colegio subvencionado? ¿Cuál es el rango de precio que usted debería pagar para estar en diferentes colegios particulares pagados? ¿Cuánto paga el estado alemán por alumno? ¿Cómo comparar? Si bien queda evidente que no se puede obtener un Mercedes por el precio de un Kia, ¿cómo saber si lo que tal o tal colegio cobra es justificado por la calidad de los resultados de aprendizaje? ¿Cómo saber hasta qué punto recursos económicos insuficientes bastan para explicar insuficiencias pedagógicas? ¿Cuál debería ser el presupuesto por alumno que cada municipio debe calcular?

El profesor, el mejor aprendedor. Para muchos de nosotros, el profesor es alguien que ha aprendido una cierta cantidad de cosas durante su fase de preparación, y luego dispensa este conocimiento durante el resto de su tiempo como profesional. ¿Sigue siendo deseable este modelo? Los alemanes dicen: “el que sabe hacer algo, lo hace; si no lo sabe, lo enseña”. Saber hacer, pongamos, biología es un concepto de praxis permanente, idea según la cual el profesor es el más gran aprendedor en biología, y se aprende de el aprendiendo con el. El concepto del “life-long-learning” nos debe interesar para el bien de nuestro sistema educativo.